«Compañero de viaje, cuando las estrellas se apaguen, tarde o temprano, también vendrás tú. Duerme un poco más, los párpados no aguantan ya, luego están las decepciones, cuando el cierzo no parece perdonar. Sirena, vuelve al mar, varada por la realidad. Sufrir alucinaciones cuando el cielo no parece escuchar, dedicarte un sueño, cerrar los ojos y sentir oscuridad inmensa. Entregado a una luz, como un laberinto de incertidumbre esquivas la pesadilla y sobrevolar el cansancio y en un instante, en tierra otra vez».
Cada vez que escucho esta canción de Héroes del silencio me acuerdo de ti, mi gran amigo.
Sé que no todo pasa por casualidad, que los acontecimientos vienen a uno por algún motivo, y nuestra amistad fue así.
Recuerdo el día que te conocí, en aquel momento en el que nuestras miradas se cruzaron empezó una relación de amistad incondicional. Venias de un pasado doloroso y se que te resultaba difícil seguir confiando en las personas, pero aun así lo diste todo por adaptarte y confiar en mi. Desde entonces hasta ahora han pasado 7 años en los que hemos compartido muchas cosas juntos y has estado presente en los momentos más importantes de mi vida.
Has aceptado sin problema todas las situaciones y cambios que he ido viviendo a lo largo de estos años y has estado a mi lado incondicionalmente, siempre esperando con humildad y con una sonrisa a que te dedicara un rato de mi tiempo a darte esa racioncita de amor que tanto te mereces.
Cuando me siento mal siempre estás ahí, te acercas a mi y me pones tu mano encima. Esta pequeña acción es suficiente para mi, ya que con tu mirada llena de luz y amor sé que me estas consolando, que estás a mi lado y que compartes mi dolor. Se que ambos sentimos un amor incondicional por el otro y es precisamente esto lo que ha hecho que contigo la amistad cobre un sentido que jamás me imaginaría que tendría.
Por esta razón, quiero dedicarte este post sobre el valor de la amistad, y compartir este sentimiento tan grande que tengo hacía ti con los demás practicantes de yoga ya que considero que es un valor al que no siempre le damos la importancia que tiene y un buen practicante de yoga tiene que valorar estos pequeños regalos que nos da la vida.
Si tienes un buen amigo y hace tiempo que no le haces saber cuanto le valoras no dudes en decírselo porque solo los amigos que se cuidan son los que te dan su amistad incondicional.
Despido este escrito agradeciendo la amistad incondicional que me brinda mi gran e inseparable amigo, un auténtico VIRA (Héroe).
Mi amigo ELVIS.
¡Te quiero!
ARJUNA